jueves, 10 de mayo de 2007

La cultura de la lluvia


La lluvia es, sin lugar a dudas, causante de muchas situaciones de la vida cotidiana. Es motivo de inspiración para que escritores compongan canciones, libros y poemas tomándola de musa. Razón por la cual se dan muchas reconciliaciones entre parejas debido al ambiente que un día lluvioso infunde. Causante de acercamientos eróticos que traen como resultado un fruto de nueve meses no muy esperado. En fin, un día gris con gotas de agua salpicando el pavimento es siempre bien agradable.
En la otra cara de la moneda esta un dia lluvioso en la ciudad de Santo Domingo. Es todo un dolor de cabeza.
No encuentras transporte público ni taxis, las calles todas se llenan de agua y los tapones no te dejan llegar a ningún lado. A esto se agrega que nadie, en especial los camiones, no respetan los semáforos. En la casa que no han botado la basura, esperan el primer aguacero para tirar todos sus desperdicios por la primera corriente de agua que pase cerca de su hogar. Se llenan todas la cabañas y cualquier chofer sin pensarlo dos veces, pasa por encima de un charco de agua sucia que, como por arte de magia, siempre va directo a tu ropa de salir (y para colmo lo disfruta).
Los carros públicos te acortan la ruta, los deliverys (los de pizzas, colmados, minimarkets, etc) se tardan tres horas para llevarte tu encargo, los niños no los mandan al colegio por temor a una gripe y moja la ropa acabada de lavar para que asi no tengas nada que ponerte.
He pensado que mejor prefiero un día soleado...

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